"La cooperación es la antítesis del abuso del poder y, si los hombres aprenden a cooperar en lugar de competir, podrán disfrutar una vez más de la plena expresión de su energía y positivismo, pero sin el peso de la culpabilidad"


Extracto del libro: Los guiones que vivimos
Autor: Claude M. Steiner
Publicación: Octubre, 1992
Editorial: Kairós
Nº de páginas: 432
ISBN: 84-7245-235-2

2 comentarios:

  1. Dada la diversidad de conceptos que conforman la frase voy a diseccionarla para no perderme en un laberinto de ideas dispares.

    En primer lugar, que "la cooperación sea la antítesis del poder", no me atrevería a hacer de ello una norma estándar, puesto que la cooperación en un colectivo cerrado también puede generar abuso de poder. En cierto modo, determinadas sectas podrían ser un buen ejemplo, incluso la disciplina interna de determinados partidos políticos puede ser otro exponente.

    Respecto a que "si los hombres aprenden a cooperar en lugar de competir, podrán disfrutar ... de la plena expresión de su energía y positivismo" es un tema muy complejo desde el punto de vista psicológico. Cooperar siempre es aportar, y aportar sin anonimato casi siempre implica comparar y ello facilita y genera competitividad. Es cierto que la cooperación es una asignatura pendiente y en determinadas culturas se ha cebado en el escaso desarrollo del sector productivo. Gremios y minifundios son el máximo exponente del individualismo que, no obstante, casi siempre se ha integrado y se integra en asociaciones conscientes de su escasa relevancia sectorial, si bien se evita la cooperación a través de fusiones que optimicen y potencien sus recursos por ese celo general de preservar la propiedad tangible o intangible que caracteriza a profesionales y empresarios en muchas culturas.

    Cooperar requiere humildad, compañerismo y otros adjetivos virtuosos, pero no de uno de los miembros sino de todos y eso es lo que nos impide alcanzar ese nivel de "energía y positivismo" que comenta el autor de la cita y, en su defecto, sólo nos parece encontrarlo saliendo victoriosos de cualquier acción competitiva. Entendemos que hemos de ser individualmente los mejores, no sabemos pensar en la suma vectorial de aptitudes compartidas. Tal vez por eso, "el peso de la culpabilidad" siempre está presente cuando cualquier acción no da en la diana del éxito.

    Como decía, la cooperación es compartir, la competitividad, a mi humilde entender, es lo contrario, así que sigue siendo otra asignatura pendiente para muchos aunque los hay que ya saben sacar provecho de ello haciéndose más competivos a través de la sabia cooperación de sus miembros.

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  2. La cooperación es la enzima que evita que la competitividad convierta muchas de las actividades de los seres humanos en la ley de la selva o, lo que es peor, en un sálvese quien pueda que, en ambos casos es consecuencia de los abusos de poder de diversas oligarquías.
    Aquel colectivo, grande o pequeño, que es capaz de luchar unido, de cantar, de llorar, de trabajar, de vencer y de perder unido, permanece unido.
    La cooperación supone arrimar el hombro para lograr objetivos comunes que lograrán que nos sintamos realizados. Si detrás del trabajo sólo vemos la nómina o unos determinados complentos económicos estamos perdidos. El trabajo bien entendido supone un servicio, un ejemplo para nuestros hijos, una forma de realización personal...Para podamos sentir esta sensación es preciso que nos sintamos cooperadores de nuestros semejantes en nuestra sociedad.

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